Posted by Dude420 | Posted in | Posted on 6:01 p. m.
Hay convicciones tán grandes que separan las fábulas de la línea de lo creíble y que rayan en la fantasía y la ironía sarcástica, como lo que ocurrió la noche de esta semana.
Dejame contarte que hace unos momentos, en la madrugada donde el sonido de los grillos cantan el ocaso de la noche y la luna sonríe, aunque en menguante fase, se alegra del despertar de los guatemaltecos, mediante la emergencia que agita desmesuradamente a nuestro amigo de la parroquia; el Padre Ignacio.
Bajo el susurro del pendiente y solitario candil un alma desprotegida de amor y falta de un posible motín se decide asechar con pistola en mano se dirige a su presa y sin pensarlo le grita con aliento añejo y desabrido:
- este es un asalto.... deme su villetera.
Ignacio se da media vuelta y el villano al ver el cuello negro y blanco del padre de la parroquia se retracta y le dice:
-Ave mária,-
-Padre, disculpe el susto, ¡siga su camino!-, pero de recompenza recibe las palabras de gracia:
- Estas perdonado hijo mio, que susto me haz pegado... vamos, fumemos un cigarrillo para calmar los nervios de esta penoza situación... -
Tal fué la sorpresa del padre al escuchar dichas palabras:
- Perdone padre, pero yo en cuarezma ¡no fumo!.-
Dejame contarte que hace unos momentos, en la madrugada donde el sonido de los grillos cantan el ocaso de la noche y la luna sonríe, aunque en menguante fase, se alegra del despertar de los guatemaltecos, mediante la emergencia que agita desmesuradamente a nuestro amigo de la parroquia; el Padre Ignacio.
Bajo el susurro del pendiente y solitario candil un alma desprotegida de amor y falta de un posible motín se decide asechar con pistola en mano se dirige a su presa y sin pensarlo le grita con aliento añejo y desabrido:
- este es un asalto.... deme su villetera.
Ignacio se da media vuelta y el villano al ver el cuello negro y blanco del padre de la parroquia se retracta y le dice:
-Ave mária,-
-Padre, disculpe el susto, ¡siga su camino!-, pero de recompenza recibe las palabras de gracia:
- Estas perdonado hijo mio, que susto me haz pegado... vamos, fumemos un cigarrillo para calmar los nervios de esta penoza situación... -
Tal fué la sorpresa del padre al escuchar dichas palabras:
- Perdone padre, pero yo en cuarezma ¡no fumo!.-
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